lunes, 6 de marzo de 2017

HABLEMOS DE CINE




   
Es bastante normal no sentirse representada en el cine, ni en el de toda la vida, ni el actual.

Efectivamente, la mujer suele tomar un papel secundario y la verdadera acción, recae sobre el personaje masculino.

Lo peor de todo esto, es que NO NOS DAMOS CUENTA DE QUE ESTÁ PASANDO, solo, si trabajamos en el tema, somos sensibles o nos hemos puesto las gafas moradas, nos vamos dando cuenta de lo invisibles que somos las mujeres, para los hombres y para las propias mujeres.

Quiero compartir un artículo formidable de la Revista Píkara, en la que habla del test de Bechdel para reconocer, hasta que punto, es una película que presencia a la mujer en ella.


       El test Bechdel nos demuestra, con tres sencillas preguntas
1- ¿hay al menos dos mujeres en la cinta con nombre?
2- ¿hablan entre ellas?
3- ¿hablan entre ellas de algo que no sea un hombre?), 

que prácticamente todas las películas que vemos dejan a las mujeres fuera de la historia o, lo que es casi peor, las normalizan en su papel de novias, madres o esposas que no tienen ningún tema que hablar con otras mujeres salvo de los hombres.

http://www.pikaramagazine.com/2016/07/el-test-bechdel/

Cuando somos conscientes de lo que está pasando, es realmente escalofriante.

Todas las películas que nos han fascinados siempre, no nos representan, no nos tienen en cuenta y si es así, es por el "principio de la Pitufina", solo hay una chica entre todos los hombres, como muestra un botón o por el "Test de la lámpara sexy", podría la protagonista femenina ser sustituida por una lámpara sexy y no cambiaría en nada la trama de la película.

Pues es así el cine que tenemos.  Así es la sociedad que tenemos!


Como película, recomiendo justo la que vi ayer: "Las sufragistas"


Resultado de imagen

Es una película que si que pasa el test de Bechdel: 


  1. hay al menos dos mujeres con nombre, en este caso hay varias más
  2. hay al menos dos mujeres que hablan entre ellas, hablan de la misma causa
  3. hablan de algo que no sean hombres, el amor de pareja no aparece, sino más bien, el amor entre ellas, la sororidad y la cooperación.

No me pareció una obra maestra, aunque si que me gustó, pero lo que más me llama la atención, es como unos hechos que acontecieron hace un siglo, estén hoy en día tan de actualidad.

El discurso misógino de los hombres de la película es el mismo que el discurso del eurodiputado polaco, que decía, que las mujeres éramos inferiores, hace una semana.

Este hombre, se ha pensado, que desde su escaño, tiene el poder de decir lo que le venga en gana, pero lo peor, no es él, sino tantos otros que lo siguen pensando y que consideran que la mujer es solo un florero o una lámpara sexy.

Aquellos que se ven con la potestad suficiente de acabar con la vida de una mujer, porque son superiores.

Tenemos mucho que hacer. Todxs juntxs.

#EducaIguales



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